viernes, 25 de diciembre de 2009

Navidad

martes, 15 de diciembre de 2009

New York Impressions

3rd Ave
3rd Ave

J Train on Williamsburg Bridge
Tren J cruzando el puente de Williamsburg

Hotel Pennsylvania
Hotel Pennsylvania

Reclaim the streets
Recuperemos las calles

Chrysler
Chrysler

Joy
Emoción

Rock Atlas
Rock Atlas

Domino sugar
Domino sugar

Tim Burton
Tim Burton

domingo, 6 de diciembre de 2009

16th St and 3rd Ave

Perdonad estos días de inactividad, hemos estado ocupados con una cita muy importante... ;)

Sunrise at 16th and 3rd

jueves, 3 de diciembre de 2009

Christmas Tree


Brenda Lee - Rockin' around the christmas tree

jueves, 26 de noviembre de 2009

lunes, 16 de noviembre de 2009

Texturas

textures

domingo, 8 de noviembre de 2009

El otoño del ajedrez (*)

En 1959 el saxofonista neoyorquino Sonny Rollins, frustrado por lo que él apreciaba como sus limitaciones musicales, se tomó una pausa para mejorar su técnica, en el que sería el primero y más famoso de sus sabáticos. Dicen que durante este periodo, Rollins se iba a practicar al puente de Williamsburg, para evitar molestar a una vecina de apartamento, en el Lower East Side de Manhattan, que estaba embarazada.

Su álbum de retorno, aparecido al cabo de tres años, se llamó "The Bridge". La mítica estampa del saxofonista sobre un puente, tocando en solitario, su oscura silueta recortada por la Luna, es la de Rollins.


Sonny Rollins - Without a song, del álbum "The Bridge"

Esta noche hemos tenido el privilegio de escuchar a Sonny Rollins en directo. Un auditorio puesto en pie lo ha recibido, antes de decir ni una sola palabra, con un largo y caluroso aplauso. A sus 79 años, el anciano de aspecto frágil, espalda encorvada y dificultoso caminar que ha subido al escenario tan sólo ha necesitado tomar el saxo tenor entre sus gigantescas manos y sacarle un par de notas para dejar claro que nos hallábamos ante una leyenda viva del jazz. Una experiencia difícil de olvidar.

(*) Al menos eso es lo que entendí durante mi primer otoño en Salzburgo. Alguien me habló sobre un interesante festival llamado "Chess Herbst" que tenía lugar en la ciudad. Al principio me imaginé gente jugando partidas de ajedrez por toda la ciudad. Tardé unos minutos en comprender que estaba frente a la pronunciación autóctona de la palabra jazz. Los germanoparlantes tienden a cerrar demasiado las a hasta que suenan como una e (no conocen la schwa y las sutilezas de las distintas vocales neutras) y no son capaces de distinguir el sonido sonoro /dʒ/ (como en job o jazz) del sordo /tʃ/ (como en chop o chess).

Las bicicletas (¡no sólo!) son para el verano

Una de las (muchísimas) diferencias entre España y Austria es el uso que aquí y allí se hace de las bicicletas. En España una bicicleta es, salvando honrosas excepciones que espero que pronto se conviertan en regla, considerada y entendida como un juguete. En Austria (como en la mayor parte de Europa) una bicicleta es un vehículo que toma parte del tráfico rodado.

Es una diferencia importante, puesto que como vehículo, la bicicleta debe atenerse a las normas generales de circulación y es en general respetada como tal por el resto de vehículos.

Unterwegs im Herbst

Ayer sábado, 7 de noviembre, 6 grados, soleado, fuimos a hacer una excursión en bici. Se trata simplemente de llevar, como en la mayoría de ocasiones, la ropa adecuada. Mientras remontábamos el Saalach por el camino de sirga del lado austríaco pensaba yo en lo de "Las bicicletas son para el verano". Creo que si nos quedamos con el sentido más superficial, si nos olvidamos de la película, resume muy bien esta identificación bicicleta == juguete tan hispánica.

Y es que, en mi opinión, no, las bicicletas no sólo son para el verano.

viernes, 30 de octubre de 2009

Rayo caprichoso

Strahl

domingo, 11 de octubre de 2009

Die wilde Geschichte vom Wassertrinker (*)

Este post debería haberse titulado el círculo virtuoso del agua, pero en el momento clave me acordé del primer libro en alemán que intenté leer, hace algo más de cinco años, y que he de admitir que me superó.

Llegué a leer dos capítulos de "Die wilde Geschichte vom Wassertrinker", de John Irving, pero cuando pasas más rato buscando palabras en el diccionario que leyendo el libro, terminas dándote por vencido. Es posible que ahora, con la perspectiva de los 5 años aquí, teniendo ya a mis espaldas vallas bastante más altas (Thomas Bernhard, Robert Walser, Erwin Schrödinger, ...), me anime a leerlo, porque tiene buena pinta, me encanta John Irving, y además el libro no es mío. Y aunque probablemente mi amigo K ya haya olvidado que lo tengo yo, así tenemos una excusa para vernos algún día, pronto, para devolvérselo... :)

De lo que quería hablar es de la interesante cadena de consecuencias beneficiosas que tiene el simple hecho de beber agua a menudo. De todos son conocidos los círculos viciosos, pero no hay que olvidar que también existen los llamados círculos virtuosos, una especie de bucles que, cuando se ponen en marcha, se mantienen estables produciendo todo tipo de efectos positivos.

Partamos de la base que es recomendable beber como mínimo 2 litros de agua diarios. Si yo quiero seguir esta recomendación en un día normal en la oficina, digamos que me propongo beber 2 litros de agua fuera de almuerzo y cena, para cumplir con el mínimo fuera de las comidas. Si estoy 8 horas en la oficina, y las matemáticas no me fallan, debo beber 1/4 de litro cada hora. Es decir, he de intentar beber 1 vaso de agua cada media hora.

Die wilde Geschichte vom Wassertrinker

Vamos a ver la cadena de efectos positivos que se pone en marcha al beber ese vaso de agua:

(i) bebemos (más de) 2 litros de agua al día, con todos los beneficios para la salud que ello conlleva

(ii) debemos levantarme de la silla como mínimo dos veces cada hora, para ir a la cocina a llenar el vaso, con lo cual los músculos se desentumecen y los ojos pueden descansar un rato de mirar la pantalla del ordenador (cuando gran parte de nuestra jornada laboral la pasamos frente a un monitor es recomendable enfocar la mirada a un punto lejano de vez en cuando)

(iii) una de las consecuencias más palpables del medio litro de agua por hora es que la frecuencia de visitas al servicio aumenta de forma considerable. Con ello nos aseguramos de hacer trabajar nuestros riñones y vejiga de forma adecuada.

(iv) las muchas visitas al servicio tienen, como en (ii), el mismo efecto positivo para nuestra musculatura y nuestros ojos que las visitas a la cocina

(v) después de ir al servicio, por supuesto, nos lavamos las manos y, si lo hacemos a conciencia, ganamos un importante factor de prevención contra resfriados y gripes. Que, en estos tiempos que corren, no es moco de pavo.

(vi) por último, en un tipo de trabajo como el mío, en el que a menudo debes intentar "subir un poco" para ver los problema desde arriba, en el que muchas veces hay que tener una idea feliz en el momento oportuno para hacerlo todo más fácil (o, simplemente, tratable), cambiar de actividad física (ir a buscar el vaso de agua o estar en el WC) resulta muy útil para, de forma inconsciente, reorganizar los pensamientos y volver a tu lugar sabiendo cuál es el siguiente paso.

Fred Trumper, el protagonista de Die wilde Geschichte vom Wassertrinker, debía beber grandes cantidades de agua a causa de un tracto uro-genital anormalmente angosto.

En mi caso, se trata simplemente de poner en funcionamiento este círculo virtuoso, que se inicia con el simple hecho de beber un vaso de agua.

(*) lit. "la salvaje historia del bebedor de agua", aunque en español el libro se titula "La epopeya del bebedor de agua"

domingo, 20 de septiembre de 2009

Trajín

Trajín

sábado, 12 de septiembre de 2009

Mannahatta

El 11 de septiembre de 1609 el explorador británico Henry Hudson, por encargo de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, zarpó desde la costa atlántica de Norteamérica a bordo del Halve Maen (media luna) para explorar un estuario muy prometedor, tal vez creyendo haber encontrado el paso del noroeste hacia Asia. Después de cruzar los Narrows, pronto avistó la punta sur de una isla que estaba destinada a convertirse en el centro del mundo. El pueblo Lenape, sus habitantes de entonces, la llamaban Mannahatta, la "tierra de muchas colinas".



Hoy, 400 años más tarde, tenemos la ocasión de ver esa misma isla a través de los ojos de Henry Hudson. El Proyecto Mannahatta lo ha hecho posible.

martes, 8 de septiembre de 2009

Begegnungen (*)

¿Qué sucede cuando llegas el primero a la oficina por la mañana?

Begegnungen

Tal vez perturbes el descanso de los vecinos... ;)

(*) Encuentros

lunes, 31 de agosto de 2009

Dejando pasar las horas...

El final del verano se acerca.

El sol que cada tarde ha estado entrando, implacable, por mi ventana de la oficina, cada vez se esconde antes tras las copas de los abetos que coronan la montaña a cuyos pies nos encontramos. Un sol que, por cierto, prefiero capear con la ventana abierta y que, por lo menos, corra algo de aire, antes que seguir las abstrusas teorías austríacas sobre cerrar las ventanas para que el aire de dentro se mantenga fresco. Teoría ésta más que discutible y que tendría algo de validez, en todo caso, en combinación con una persiana u objeto opaco a la sazón. Invento que, por lo menos a mi oficina, no ha llegado todavía.

Se acerca, como decía, el final del verano. Es ésta la estación del año cuyo final espero con más ansia, por varias razones. En primer lugar, porque el final del estío marca el comienzo del otoño, y ésta sí es, con ventaja, mi estación favorita. En segundo lugar, porque con él se marchan también varios puntos negativos: deja de hacer calor, la basura deja de apestar, se puede dormir por la noche y la gente, en fin, deja de oler (tan) mal... En tercer lugar, el sol de verano es demasiado intenso y cae demasiado en vertical, y además ilumina un uniformemente aburrido tono verde que no da ningún juego a la fotografía.

Castanyers

Y es que, debo admitirlo, bajo peligro de ser relegado a la condición de paria social por mis convecinos aborígenes, no me gusta el verano. De hecho, es el último en mi lista de estaciones favoritas, a saber, otoño, en un disputado segundo y tercer puesto invierno y primavera y, finalmente, muy atrás, verano.

De todos modos, lo que sí tiene de bueno el verano son las tardes ociosas de domingo, sin nada mejor que hacer que pillar el bocadillo y la bicicleta, pedalear media horita hasta Hellbrunn, tumbarse a la bartola y dejar pasar la tarde, leyendo, dormitando, comiéndose el bocata, haciendo fiestas a perretes simpáticos que vienen a visitarnos y, en fin, disfrutando de lo lindo de mi palabra favorita de hoy: Müßiggang, que significa nada menos que ociosidad.

Muessiggang

En fin, dejémonos llevar por la Müßiggang en el camino de vuelta a casa...

sábado, 15 de agosto de 2009

¿Llego tarde?

Ya sabéis que tengo debilidad por los dientes de león. Me parecen unas flores fascinantes en muchos sentidos, aunque no es ésta una opinión muy extendida entre la gente que gusta de cuidar sus jardines.

Uno de los hechos fascinantes sobre los dientes de león es su estrategia reproductora. Muchas especies de diente de león se reproducen por apomixis, un tipo de reproducción asexual, es decir, que no hay dos "progenitores" que combinan su material genético para dar lugar a "descendencia", sino que un solo individuo es capaz de producir copias genéticamente idénticas de sí mismo.

Este tipo de reproducción, basada en una duplicación exacta del material genético, no es muy distinta de la división celular que ocurre en nuestros cuerpos todo el tiempo, cuando nuestro pelo o nuestras uñas crecen, o cuando nuestra médula ósea produce nuevos glóbulos rojos. En cierto sentido, los dientes de león y otras especies que también se reproducen asexualmente cuestionan nuestra concepción de lo que es un organismo.

En su libro The Extended Phenotype el etólogo británico Richard Dawkins habla de una curiosísimo hecho acerca de organismos y dientes de león (la negrita es mía):

"Janzen (1977) aborda esta misma dificultad sugiriendo que un grupo de clones de diente de león debería de ser considerado como un 'individuo evolutivo' [...], equivalente a un árbol, que se extiende por el suelo en vez de elevarse hacia el aire en un tronco y que está dividido en 'plantas' físicas separadas [...]. Según este punto de vista, puede que haya tan sólo cuatro dientes de león compitiendo entre sí por todo el territorio de Norteamérica. [...]"
Dawkins, R.: The Extended Phenotype, Oxford University Press, New York, 1982, p.254

Estamos a mitad de agosto y el punto álgido de la temporada de floración de los dientes de león ya hace meses que ha pasado. ¿Pasado? Si uno se fija bien, aún podemos encontrarnos con los típicos tardones, los que llegan tarde a todas partes.

Am I late?

Y si te agachas y te acercas a ellos lo suficiente, tal vez puedas escucharlos preguntándose: Pero, ¿qué pasa aquí? ¿Dónde se ha metido todo el mundo?

sábado, 8 de agosto de 2009

U

Una imagen, en sí, no es nada. Luz reflejada en distintos objetos, en distintos materiales, que absorben unas u otras regiones del arco iris.

Pero cuando esa luz atraviesa nuestras pupilas para proyectarse, invertida, en nuestra retina, ahí comienza el viaje de la interpretación, la búsqueda del significado. Y este viaje ocurre independientemente dentro de cada uno de nuestros cerebros y es, por lo tanto, de lo más personal y subjetivo que puede haber.

En el largo camino entre las células fotosensibles del fondo ocular y la formación de una imagen mental, de un recuerdo, de una evocación en nuestra conciencia, los impulsos nerviosos deben cruzar, a la velocidad del rayo, miles de millones de conexiones que son así, y no de otra forma, porque eso es justamente lo que nos hace así, como somos, y no de otra manera.

La imagen, las miles de señales eléctricas que atraviesan nuestras neuronas, toma forma en la mente en un proceso cuya complejidad apenas si comenzamos a comprender. Esta imagen, o el modelo que de ella se forma en nuestras neuronas, es comparada con otros cientos de miles de formas, colores, texturas, que hemos ido asociando a lo largo de nuestra vida a sensaciones, emociones, evocaciones, ... significados. Y a pesar de que estos significados tienen mucho que ver con la cultura colectiva que hemos ido adquiriendo a lo largo de nuestras vidas, no dejan de ser algo único y particular de cada individuo.

U01

Un cubo azul, luminoso, en lo alto de un poste, con una letra U blanca sería, en todos los países de habla germana, sinónimo inmediato de algo tan banal como una estación del metro (U-Bahn, en alemán, abreviatura de Untergrundbahn, lit. "ferrocarril subterráneo"). En mis circunstancias actuales, a orillas del Mediterráneo, en la ciudad que me acogió a los 17 años, esta imagen adquiere un significado muy distinto. Esta U indica aquí la entrada de las ambulancias a la clínica des de la que escribo estas líneas.

U02

Hoy, esta U significa para mí la batalla de la que acabo de ser testigo. Una batalla librada contra las malditas células que, por puro azar, por puro egoísmo, deciden tornarse inmortales.

Una batalla, afortunadamente, vencida.

miércoles, 29 de julio de 2009

Badewetter (*)

Aquí nuestras vecinas, Paca y Gertrud, combatiendo las altas temperaturas con un bañito...

Badewetter

¿Verdad que se las ve muy felices? ;)

(*) lit. "tiempo de baño", es lo que dicen los meteorólogos locales cuando se prevén temperaturas, como hoy, de más de 25 grados. El Badewetter siempre llena las piscinas municipales y las orillas de los lagos de gente.

domingo, 12 de julio de 2009

Verano en ByN

Summer in B&W

sábado, 11 de julio de 2009

El viaje

(*)

(*) Ismaël Lô - Tajabone

martes, 16 de junio de 2009

Great Plains

He visto la tierra cubierta por una gruesa capa de hielo, cuyos reflejos con los rayos oblicuos del sol eran de una belleza capaz de hacer aflorar lágrimas a los ojos de cualquier mortal.

He visto el hielo fundirse para dejar paso a un vasto océano primigenio en cuyo vientre todo comenzó.

He visto el violento choque de los continentes, he visto masas de tierra emerger, he visto organismos verdes conquistarlas.

He visto el nacimiento de gigantescas montañas de roca en el oeste.

He visto una brillante explosión en el sureste que trajo consigo frío, hambre y muerte.

He visto al océano dejar paso a un mar de hierba, en cuyos vastísimos pastos moraban gigantescas manadas de bisontes, más allá de donde alcanza la vista, mucho más allá de mis extensos dominios.

He visto a la Gente Roja viviendo en equilibrio con la Naturaleza, alimentándose de los bisontes y reverenciándolos al mismo tiempo.

He visto la Gran Corriente en el este.

He visto a las primeras Gentes Blancas llegar desde el sur, impulsados por la codicia, en busca de los descendientes de los siete obispos de Mérida, en busca de las míticas ciudades de Cíbola y Quivira. Los he visto fracasar.

He visto a las siguientes Gentes Blancas llegar desde el este, al principio en carretas de frágil construcción, más tarde montados en humeantes corceles metálicos, siguiendo incansables sus brillantes caminos.

He visto a la Gente Blanca cazar millones de bisontes para vender sus pieles y sus huesos, dejando el resto para la podredumbre. He visto la práctica extinción de los bisontes por pura codicia.



He visto Gentes Blancas forzando a Gentes Rojas a marcharse, hacia el oeste o a encerrarse en reservas.

He visto millones de asentamientos, he visto la tierra dividida en innumerables granjas de no más de 500 acres, pobres Gentes Blancas intentando sobrevivir de ellas.

He visto avances tecnológicos abrir hondas heridas en la tierra. He visto arados con el poder de destrozar el suelo, el mismo suelo que podía retener la humedad incluso en largos períodos de sequía.

He visto a la gente creer erróneamente que el clima de la región había cambiado, que era cierto que "el arado llama a la lluvia". He visto la tierra convertida en granero para los contendientes de una guerra lejana. He visto mecanización. He visto exprimir la tierra hasta agotar la última de sus riquezas.

He visto el retorno de la sequía. He visto las capas superiores de la tierra siendo literalmente arrastradas en mis brazos en tormentas de arena, he transportado el suelo a miles de millas hacia el este, depositando la mayor parte en el fondo del océano. He creado ventiscas negras en medio continente.



He visto millones de personas forzadas a abandonar sus casas enterradas bajo la arena. Los he visto cargar sus míseras posesiones en camionetas destartaladas y emprender el viaje hacia el oeste, la tierra de los naranjos en flor y los ríos de miel... o eso es lo que ellos creían. He visto miseria, hambruna y muerte.

He visto miles de pueblos fantasma.

He visto extraños círculos en la tierra, he visto consumir agua mucho más rápido de lo que puede regenerarse.



He visto elegantes torres blancas crecer en la tierra. Voy a regalarles una pequeña parte de mi infinita energía.



(todas la imágenes han sido tomadas de Wikimedia Commons)

domingo, 7 de junio de 2009

Al alba

Niebla al alba

sábado, 30 de mayo de 2009

Missing you...

Desde que me separé de ti te he estado echando de menos. Es curioso, ¿verdad? Antes de conocerte ya esperaba que me ibas a gustar mucho, pero jamás pensé que la atracción llegaría a hacerme extrañarte desde la distancia.

Últimamente el anhelo que estuvo ahí todos estos meses se está convirtiendo en una punzante añoranza a la que no parezco encontrar remedio...

Missing You

¡Malditas series tontas americanas!

viernes, 22 de mayo de 2009

Paz

PeaceOfMind

miércoles, 6 de mayo de 2009

1993 - 2009

Ya no volverás a esperar a que todos nos hayamos sentado a la mesa a comer para querer salir a la terraza.

Ya no volverás a quedarte dormida en posiciones imposibles.

Ya no volverás a seguir en la distancia a quien está barriendo la casa para comprobar que lo hace bien.

Ya no volverás a levantar la cabeza y a cerrar los ojos cuando te rasco bajo la barbilla.

Ya no volverás a perseguirme los pies cuando voy en zapatillas.

Ya no volverás a correr en círculos por la casa en tus cinco minutos diarios de locura, del comedor a la terraza, a la habitación, al pasillo, al comedor...

Ya no volverás a llamar desde la puerta a quien acaba de salir a bajar la basura.

Ya no volverás a mostrarnos esa mirada socarrona en tus ojos amarillos, como si ya estuvieras de vuelta de todo.

Grisona01

Ya no volverás a pedir que alguien te abra el grifo del lavabo para beber agua.

Ya no volverás a lamernos las puntas de los dedos con tu lengua, rasposa y suave a la vez.

Ya no volverás a recibirnos con maullidos de protesta cuando volvemos a casa después de dejarte sola uno o dos días.

Ya no volverás a restregar tu cabeza por mis rodillas cuando me agacho para saludarte, reconociéndome cada vez que vuelvo a casa y marcándome una vez más como tu propiedad.

Ya no volverás a soltar bufidos amenazantes a los invitados que intentan hacerte fiestas y acariciarte el lomo.

Ya no volverás a esconder las patitas bajo tu cuerpo cuando tienes frío.

Ya no volverás a adivinar la intención de mi madre ni correrás a esconderte bajo la cama antes de que te meta en la bañera.

Ya no volverás a meterte dentro de las bolsas de papel ni a asustarte de las de plástico.

Grisona03

Ya no volverás a pedirnos comida, discreta, dándonos con la patita blanda en el brazo mientras estamos comiendo.

Ya no volverás a salir a inspeccionar el rellano, la parte más misteriosa de tu mundo de cuatro paredes.

Ya no volverás a tenernos a todos en vilo paseándote tranquilamente por la barandilla del balcón.

Ya no volverás a caerte al patio de luces desde el tercer piso para hacerte sólo un rasguño en el morrillo.

Ya no volverás a dejar finísimos pelos de color gris en toda nuestra ropa.

Ya no volverás a liar una auténtica batalla campal cada vez que te llevamos al veterinario o cuando éste viene a casa.

Ya no volverás a quedarte dormida encima de nuestras chaquetas justo cuando tenemos que salir de casa.

Ya no volverás a preocuparnos a todos con los achaques de la edad y la mala salud de tus riñones.

Grisona02

Ya no volveré a maravillarme de la suavidad de tu pelo al acariciarte ni me volverás a responder con tu ronroneo agradecido.


La próxima vez que baje a mi casa, a Tarragona, sé que mi corazón esperará encontrarte en cualquier rincón, pero ya no volveré a verte.

Duerme, duerme para siempre, pequeña Grisona. Vuelve a la tierra y sigue brillando en nuestro recuerdo.

lunes, 4 de mayo de 2009

A vueltas con el saúco

Seguramente os acordáis de mi historia sobre un saúco parásito que crecía sobre un arce.

Bueno, pues al "arce" ha echado finalmente sus hojas y ¡he descubierto que no es ningún arce! Tiene hojas compuestas en vez de la archiconocida hoja del arce. Fijándome bien, el tronco tampoco se parece al de los demás arces y le crecen afiladas espinas en las ramas.

Robinia pseudoacacia

Estas hojas me han recordado a algunas acacias que crecían en Tarragona cuando era pequeño. Recuerdo que me gustaba mucho la forma ovalada de sus foliolos. Después de algo de búsqueda en internet creo que he descubierto la identidad real de mi árbol misterioso: se trata de una robinia (Robinia pseudoacacia), también llamada acacia de flor blanca. Aunque la robinia en realidad no pertenece a la familia de las acacias, guarda con ellas una gran similaridad.

Y ahora ya no estoy seguro de que el saúco haya frenado realmente el brote de las hojas de la robinia, o si, sencillamente, los arces son más rápidos en sacar las hojas que la robinia. Pero bueno, también he descubierto un par de robinias (¡sin saúco!) que crecen cerca. Ya tienen todas las hojas, ¡lástima que no me fijara cuando las echaron!

Tendré que continuar con mis observaciones campestres el año que viene...

lunes, 27 de abril de 2009

Dandelion



Ellos ven Unkraut (mala hierba)...

... yo veo la incomparable belleza del éxito evolutivo.

Dandelion

lunes, 20 de abril de 2009

Caprichosa naturaleza

A veces la naturaleza nos sorprende con escenarios que parecen salidos de una película de terror, como por ejemplo este árbol, que se está vengando de los que le clavaron una señal de tráfico, poco a poco pero sin pausa...

Revenge

Otro de estos escenarios, no tan terrorífico pero no por ello menos sorprendente, está en el camino al lado del río por el que voy cada tarde de mi oficina a la parada del autobús. A la vera hay una hilera de arces. El año pasado me di cuenta que sobre uno de ellos, sin tener muy claro cómo, crece un saúco. Lo vi porque las flores del saúco son inconfundibles, en pinta y en olor. "Qué raro", pensé, "¿cómo habrá ido a parar este saúco ahí arriba?"

Elder on maple tree 02

Estos días vengo observando el arce del saúco, y me he dado cuenta de algo interesante: Así como los demás arces de la hilera ya tienen gran cantidad de hojas, verdes y bien formadas, el que sirve de base al saúco apenas si empieza a lanzar los primeros brotecillos, mientras que el saúco no sólo tiene todas sus hojas en ristre, sino que también está empezando a echar flores.

Elder on maple tree 01 Maple tree without elder
Aquí puede verse la diferencia entre el arce del saúco (izquierda) y uno normal (derecha). El segundo tiene muchísimas más hojas, mientras que en el primero el único que tiene hojas es el saúco.

Es decir, el saúco en cuestión es, en toda regla, un parásito del arce. Uno jamás es demasiado mayor como para dejar de sorprenderse...