martes, 16 de junio de 2009

Great Plains

He visto la tierra cubierta por una gruesa capa de hielo, cuyos reflejos con los rayos oblicuos del sol eran de una belleza capaz de hacer aflorar lágrimas a los ojos de cualquier mortal.

He visto el hielo fundirse para dejar paso a un vasto océano primigenio en cuyo vientre todo comenzó.

He visto el violento choque de los continentes, he visto masas de tierra emerger, he visto organismos verdes conquistarlas.

He visto el nacimiento de gigantescas montañas de roca en el oeste.

He visto una brillante explosión en el sureste que trajo consigo frío, hambre y muerte.

He visto al océano dejar paso a un mar de hierba, en cuyos vastísimos pastos moraban gigantescas manadas de bisontes, más allá de donde alcanza la vista, mucho más allá de mis extensos dominios.

He visto a la Gente Roja viviendo en equilibrio con la Naturaleza, alimentándose de los bisontes y reverenciándolos al mismo tiempo.

He visto la Gran Corriente en el este.

He visto a las primeras Gentes Blancas llegar desde el sur, impulsados por la codicia, en busca de los descendientes de los siete obispos de Mérida, en busca de las míticas ciudades de Cíbola y Quivira. Los he visto fracasar.

He visto a las siguientes Gentes Blancas llegar desde el este, al principio en carretas de frágil construcción, más tarde montados en humeantes corceles metálicos, siguiendo incansables sus brillantes caminos.

He visto a la Gente Blanca cazar millones de bisontes para vender sus pieles y sus huesos, dejando el resto para la podredumbre. He visto la práctica extinción de los bisontes por pura codicia.



He visto Gentes Blancas forzando a Gentes Rojas a marcharse, hacia el oeste o a encerrarse en reservas.

He visto millones de asentamientos, he visto la tierra dividida en innumerables granjas de no más de 500 acres, pobres Gentes Blancas intentando sobrevivir de ellas.

He visto avances tecnológicos abrir hondas heridas en la tierra. He visto arados con el poder de destrozar el suelo, el mismo suelo que podía retener la humedad incluso en largos períodos de sequía.

He visto a la gente creer erróneamente que el clima de la región había cambiado, que era cierto que "el arado llama a la lluvia". He visto la tierra convertida en granero para los contendientes de una guerra lejana. He visto mecanización. He visto exprimir la tierra hasta agotar la última de sus riquezas.

He visto el retorno de la sequía. He visto las capas superiores de la tierra siendo literalmente arrastradas en mis brazos en tormentas de arena, he transportado el suelo a miles de millas hacia el este, depositando la mayor parte en el fondo del océano. He creado ventiscas negras en medio continente.



He visto millones de personas forzadas a abandonar sus casas enterradas bajo la arena. Los he visto cargar sus míseras posesiones en camionetas destartaladas y emprender el viaje hacia el oeste, la tierra de los naranjos en flor y los ríos de miel... o eso es lo que ellos creían. He visto miseria, hambruna y muerte.

He visto miles de pueblos fantasma.

He visto extraños círculos en la tierra, he visto consumir agua mucho más rápido de lo que puede regenerarse.



He visto elegantes torres blancas crecer en la tierra. Voy a regalarles una pequeña parte de mi infinita energía.



(todas la imágenes han sido tomadas de Wikimedia Commons)

domingo, 7 de junio de 2009

Al alba

Niebla al alba