Vacaciones en Austria (i)
Después de un tiempo de silencio, retomo Und komisch spricht das Murmeltier después del paréntesis vacacional. Hemos estado recorriendo Austria durante dos semanas junto con nuestros amigos D., E. y R.
Voy a someter a mis visitantes a una de esas terribles sesiones de "quedamos en casa y os enseño las fotos de las vacaciones", aunque en este caso cuenta con dos ventajas inestimables: la primera, la sesión será por partes, y la segunda, cada uno puede levantarse y largarse cuando le apetezca sin temor del qué dirán o de hacerme un feo.
Así pues, vamos a empezar con la primera parte del viaje: el monasterio de Melk y Viena.
Melk está cerca del Valle del Wachau. Esta región, situada a orillas del Danubio en la Baja Austria, es famosa por sus albaricoques (Marillen) y por lo bonito de la floración de los albaricoqueros en primavera. La ciudad de Melk es conocida por su monasterio benedictino. Los que hayan leído El Nombre de la Rosa recordaran que el joven aprendiz benedictino de Guillermo de Baskerville era Adso de Melk. Justamente.
Una de las joyas que contuvo la biblioteca es una de las Biblias impresas por Gutenberg, pero los monjes tuvieron que venderla para renovar el monasterio. El estilo barroco, especialmente en el interior de la iglesia, resulta sumamente agobiante.
La segunda parada fue Viena. Con ese curioso contraste entre los excesos imperiales y el pijerío del interior de la Ringstrasse y la encantadora cutrez de ciudad del Este que se respira tan pronto el número de distrito tiene dos cifras. Irremediable visita a los jardines de Schönbrunn, junto con otros muchos millones de turistas de todo color y pelaje, aunque lo compensamos dando de comer a ardillas y pajarillos, y más tarde con las casas de Hundertwasser, con un paseo al atardecer por el antiguo barrio judío (o eso creemos, entre otras pistas, por los nombres de las calles) y con una más que merecida visita al Naschmarkt.
Me decidí por el blanco y negro para Schönbrunn porque así las fotos parecen menos manidas, le dan un aire de época y hasta parece que los turistas desaparezcan.
En el Naschmarkt siempre se descubren nuevas hortalizas que inmortalizar.
Después de pasar dos noches en Viena, partimos hacia la segunda parte de nuestro viaje: el Neusiedler See, el segundo lago estepario más grande de Europa Central, en la frontera con Hungría...
2 comentarios:
Joé, haber dicho algo de que estabas en Viena y hubieramos organizado una quedada blogera :-)
Me ha gustao eso de que Viena parece una ciudad del este en cuanto el distrito tiene dos cifras. Qué verdá que es, jomío!
:-))))
Un abrazo,
Paco
Hola Paco! Pues la verdad es que sí pensamos en un encuentro bloguero, pero al ir con los colegas y con el estrés de visitar la ciudad en dos días, pues lo dejamos para otra ocasión.
Pero no te preocupes que la próxima vez que bajemos a la Capital seguro que te avisamos para ir a celebrarlo. Probablemente sea para la próxima Lange Nacht der Museen.
Un abrazo!
Toni :)
Publicar un comentario