lunes, 4 de junio de 2007

Katholischesland Spanien: el ansia de calificativos

Un sábado por la mañana estábamos en el Grünmarkt ("mercado verde") de Salzburgo y vimos unas peras muy hermosas en una de las paradas. Tenían una pinta tan apetitosa que decidimos comprar un par y comérnoslas ahí mismo. Nos acercamos al tipo de la parada y le pedimos (en alemán): "Dos peras, por favor". Y el tipo nos contestó, con bastantes malos modos: "¿Dos qué? ¿Dos piezas? ¿Dos kilos? ¿Dos cajas?". Además de seguir nuestro procedimiento estándar de no volver más a los sitios donde son bordes con nosotros, la cosa me hizo pensar.

No solamente vine a Austria con todos mis prejuicios personales, sino que también empecé muy pronto a encontrarme con los numerosos prejuicios austríacos. Uno de mis favoritos es: "¡Oh! ¡Sois de la Sagrada España! ¿Ahí sois muy religiosos, verdad?". Normalmente las palabras exactas son Katholischesland Spanien ("España, país católico"). En fin, tal vez se deba a que las ciudades españolas en las que he vivido no son especialmente pías, o tal vez la zona en la que vivimos aquí es muy devota (se dice que una quinta parte de los salzburgueses van a misa cada domingo, eso son 30.000 de 150.000...), pero yo creo que (la parte de) Austria (que conozco) es muuucho más religiosa que (la parte de) España (que conozco). Pero este es otro tema al cual voy a dedicar otro post algún día.



Este preámbulo intenta proporcionar algunos ejemplos de lo que yo llamo el ansia de calificativos del idioma alemán. Si lees algo sobre Mallorca en el periódico, se van a referir a ella invariablemente como Ferieninsel Mallorca ("Mallorca, isla de vacaciones"), aunque la noticia no tenga nada que ver con las vacaciones. Cuando el verano pasado se derrumbó un puente en construcción en la autopista cerca de Almuñécar, la tele hablaba de Urlaubsort Almuñécar ("Almuñécar, lugar de vacaciones"). Uno recibe la impresión que no hay otro negocio que el turismo en Mallorca. ¿Es que no hay pescadores o mujeres policía en Almuñécar? ¿Acaso la audiencia no va a entenderlo si se habla solo de Mallorca o Almuñécar, tal vez con una referencia a la situación geográfica, sin necesidad de calificativos?

Esta característica tan interesante no se limita, ni mucho menos, a lugares en el extranjero, sino que también ocurre con las propias ciudades en Austria y Alemania. Se conocen con el nombre de Namenszusätze ("afijos nominales") y transforman Salzburgo en Mozart- und Festspielstadt Salzburg ("Salzburgo, ciudad de Mozart y de los Festivales") o Hannover en Messe- und Expostadt Hannover ("Hannover, ciudad de ferias y exposiciones"). No se deja ninguna sorpresa para el visitante: todo lo que se puede descubrir en la ciudad en cuestión se anuncia ruidosamente en grandes vallas publicitarias incluso antes de enfilar la salida de la autopista.

Creo que la grosera demanda de precisión del tipo de la frutería era simplemente otra muestra del ansia de calificativos. Cuando hablas alemán tienes que decir las cosas de forma precisa. No puedes decir die Großglocknerstraße ("la carretera del Großglockner", la carretera de montaña más alta de Europa) porque tal vez no te van a entender. Hay que decir su nombre completo: die Großglockner Hochalpenstraße ("la alta carretera alpina del Großglockner").


Un mar de nubes visto desde la Großglockner Hochalpenstraße

En mi opinión, este ansia de calificativos de la lengua está relacionado con otro interesante rasgo que hemos observado en alguna gente aquí: el ansia por clasificar. Todo debe ser analizado, juzgado, etiquetado y clasificado. Si eres español, tienes que ser apasionado, gracioso y el terror de las nenas. Si eres ruso, probablemente tengas tendencias depresivas y abuses del vodka. Si eres británico llegas puntual a todas partes, bebes cerveza tibia y seguramente te pones algo violento con el fútbol. Y así con todo... Creo que aquí hay muchos más clichés de este tipo que en España. O, por lo menos, me sorprende la cantidad de ellos con los que uno se topa.

Y la cuestión es: ¿Hablamos como hablamos por la forma en que pensamos? ¿O pensamos como pensamos por la forma en que hablamos?

3 comentarios:

Paco Bernal dijo...

Hola!
A mí también me han dicho lo de la católica España (además, mogollón de veces) y yo creo que viene de los tiempos de Sissi y del tema este del protocolo de la corte española, que se les ha quedado a todos grabado en las meninges. Flipan bastante cuando les dices que el catolicismo español está pasando por unas horas un tanto bajas.
Por cierto, las fotos son buenísimas.

tonicito dijo...

Hola, y muchas gracias por tu comentario!
Creo que cada pueblo tiene sus ideas preconcebidas, seguro que nosotros tenemos un montón que resultan tan falsas como la de Katholischesland Spanien. Pero no deja de sorprenderme lo resistentes al aprendizaje que son aquí: ya me puedo enrollar lo que quiera explicando que no, que el tema religioso en España está de capa caída, que se olviden de la imagen oscurantista de la época de Torquemada. Al cabo de un tiempo la misma persona me vuelve a soltar lo de la católica España. En fin.

tonicito dijo...

Hola otra vez!
Se me olvidó en el comentario anterior. Me alegro que te gusten las fotos, aunque no todo el mérito es mío. Algunas de las fotos que posteo las hizo Marona, de el tiempo de la marmota.
Un abrazo!