lunes, 24 de diciembre de 2007

It's all so beautiful / like a landscape painting in the sky


Sean tus creencias cuales sean, que haya Paz, Belleza, Amor y Felicidad en tu vida. Gracias por leerme, gracias por estar ahí, gracias por el apoyo y ¡Feliz Navidad!

domingo, 23 de diciembre de 2007

Driving home for Xmas...

Bueno, en realidad no bajamos en coche sino en avión. Pero el espíritu es prácticamente el mismo, puesto que comenzamos nuestro viaje (nuestra odisea!) ayer por la mañana y entre autobús, tren #1, tren #2, avión y coche, llegamos a casa por la noche. Pero vale la pena volver a encontrarnos (en algunos casos, por primera vez en persona!) con aquellos que siempre me han estado apoyando.

¡Tenía muchas ganas de venir a casa estas Navidades!

domingo, 16 de diciembre de 2007

El Origen de Todas las Cosas

Cuando decides irte a vivir a otro país, debes tener muy claro que habrá muchas cosas que vas a echar de menos. Además de a tu familia y a tus amigos, por supuesto, la mayoría de cosas que acabas echando de menos te sorprenden, porque son más bien triviales, como los kikos, la música de la máquina tragaperras en un bar o los ceniceros con agua, y porque en muchos casos te das cuenta de lo que echas de menos cuando vuelves a verlo.

También hay cosas que sabes de antemano que echarás de menos. Antes de mudarnos a Austria le dije a un austríaco que una de las cosas que más iba a echar de menos era el mar. Me miró extrañado, y me dijo que no me preocupara, que aquí había muchos lagos a los que ir a nadar en verano. Claro. Genial. No son las actividades que uno puede hacer en el mar lo que me falta. Echo de menos el mar. Así, a secas. Pero no lo entienden. Tal vez no puedan entenderlo.



Por suerte sé que no estoy solo. Sé que alguien me entiende. Porque veo comprensión en los ojos azules de mi amigo K, en los que se adivina el reflejo del Mar del Norte ante la proa de su Phaleron. Porque veo comprensión en la sonrisa socarrona de una chica de Suecia, que se preguntaba cuál era la gracia que le encuentran los alemanes que se compran un barquito para dar vueltas a un lago.



Pero, ¿qué tiene el mar para que los que hemos crecido a su orilla lo echemos de menos de esta forma? ¿Por qué nos atrae el mar?

Mi madre siempre ha dicho que necesita tener el mar cerca porque representa una vía de escape. Porque sabiendo que el mar está ahí no se siente atrapada en tierra firme. Puede ser que haya algo de eso, aunque me parece que hay algo aun más profundo.



Porque el mar es el origen de todo. El mar nos dio la vida hace millones de años, y nos mantiene con vida desde entonces. Es el mar el que nos da el pan. Cuando estoy mirando al mar, me maravillo de su belleza, y podría pasar horas y horas observándolo, escuchando las olas romper en el acantilado, dejándome llenar por el olor a salitre y sal, respetando su poder infinito. Cuando estoy mirando al mar pienso que justo ahí, ante mí, comenzó todo. Y ver que sigue ahí, después de tanto tiempo, me da una sensación de calidez y seguridad muy parecida a la que se siente al volver al hogar. Porque, creo, el mar es en realidad nuestro hogar.



Vivo lejos del mar. Por suerte, sé que está ahí, y sólo necesito cerrar los ojos para ver los colores, para escuchar las olas soltando sus blancas cabelleras antes de morir en la arena de la playa con un murmullo.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Yey!



¿Sabéis qué significan todas estas lucecitas verdes?

¡Sííííí! ¡Nuestra internet vuelve a funcionar! YEY!!!

Dejó de funcionar el 4 de noviembre (para aquellos que pensábais que estas cosas sólo pasaban en España...). El proceso de cura ha sido realmente duro, me parece que hemos estado en todas las cafeterías con acceso inalámbrico que hay en Salzburgo. ¡Pero hoy por fin vuelve a funcionar!

¡Soy muy feliz! :)

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Austria, por descubrir

Ayer se lanzó de forma oficial la red www.pordescubrir.com, una red de blogs sobre viajes temáticos que nace con 13 blogs.

La idea es muy buena: se trata de ir creando una especie de guía turística online, en forma de blog, desde la perspectiva de bloggers que viven en el país en cuestión y/o que lo conocen bien. Este punto de vista tan peculiar nos permite obtener información de primera mano, algo que se agradece un montón al ir de viaje a un país extranjero.

¿Por qué cuento todo esto?, me preguntarás. Pues porque mi amigo Paco de Viena Directo y aquí un servidor somos los susodichos para el blog de Austria. Poco a poco y sin hacer mucho ruido, ya tenemos unos cuantos posts publicados, y les seguirán muchos más que, espero, te sean útiles si tienes pensada una escapada a Austria. Paco, con su visión privilegiada sobre la capital y Austria Oriental, y aquí el pepe, Salzburgo y Austria Occidental, intentaremos ir presentando, poco a poco, las claves para conocer Austria más allá de las rutas organizadas.

Así pues, anota esta dirección en tus favoritos:

http://austria.pordescubrir.com

Espero que te sea útil o, cuanto menos, entretenido... :)

sábado, 17 de noviembre de 2007

Brot + Spiele

El pasado verano, durante el Festival de Salzburgo, aparecieron por toda la ciudad, en semáforos, portales y paradas de autobús, pegatinas que simulaban el logo del Festival pero cambiaban el Salzburger Festspiele del original por las palabras Salzburger Brot+Spiele (pan y circo). Al principio no entendí de qué iba, pero Mar me explicó que "pan y circo" se utilizaba en el Bajo Imperio Romano para referirse al hecho que asegurar abundante comida y entretenimientos para el pueblo es una manera muy eficaz de evitar que éste se cuestione la política de sus gobernantes. Las pegatinas aludían al hecho que la política de la ciudad de Salzburgo está exageradamente dominada por un único evento (el Festival), del cual la gente de la calle saca más bien poco provecho, pero que consume muchos recursos que bien podrían ser redirigidos a temas más importantes como la vivienda o los asuntos sociales.



Me pone triste oír a la gente diciendo que las Humanidades no sirven para nada, que para qué tenemos que aguantar el tostón. Porque creo que tener algo de cultura general, saber sobre nuestro mundo, sobre nuestra Historia, nos permite acercarnos un poco más a la respuesta al quién somos, por qué estamos aquí y adónde vamos. Vivimos en una sociedad que aprecia el conocimiento técnico por encima de todo, como si fuera lo único importante. Las ciencias son buenas y necesarias, todo el mundo debería saber algo sobre s = 2πr y F = ma, pero de la misma manera todo el mundo debería saber quiénes fueron Platón, Cervantes, Leonardo, Descartes, y por qué son importantes. Porque este tipo de conocimiento nos hace más robustos ante vendedores de humo, ante la injusticia, ante actos arbitrarios. Porque la Cultura es como una antorcha, que ilumina la noche oscura, que nos permite encender un fuego para mantenernos calientes mientras ahí afuera el frío corta el aire...



Y pienso que uno debe ser curioso, siempre mantener la avidez por aprender. Supongo que se trata de no perder la curiosidad infantil, siempre preguntando el porqué, siempre queriendo saber más. A veces mis amigos austríacos alucinan porque sé cosas sobre Austria, o sobre Salzburgo, que ellos no sabían. Y yo no creo que haya nada especial en ello, es simplemente que aún siento mucha curiosidad hacia el mundo que me rodea.



En realidad debo agradecer a mis padres la semilla de esta curiosidad, aunque tal vez ellos no lo hicieran de forma consciente. Siempre me ha gustado mucho leer, y suelo leer en la cama antes de dormir (¡normalmente acabo durmiéndome encima del libro! :)). Cuando tenia 12 años, vivíamos en un piso muy pequeño donde no había mucho espacio para guardar cosas. Mis padres decidieron comprar una enciclopedia, y el único espacio libre que quedaba era en mi habitación, en la cabecera de mi cama. Cuando me iba a dormir y no tenía ningún libro para leer (lo cual sucedía a menudo), cogía un tomo cualquiera de la enciclopedia, lo abría por una página al azar y leía la primera entrada que me llamara la atención. Algunas eran aburridas, pero otras eran realmente interesantes, y saltaba a otro tomo para buscar otro concepto relacionado, y de ahí a otro, y a otro. Era como entrar en una Biblioteca antes de dormirse, aprendiendo algo nuevo cada noche. A veces mi “investigación” duraba más de una hora y a la mañana siguiente no me aguantaba de sueño, pero estoy convencido que valía la pena. Creo que con aquella enciclopedia mis padres me hicieron, tal vez sin saberlo, uno de los mejores regalos que jamás haya recibido.



Estoy contento de no haber perdido la curiosidad, el ansia por aprender. Y ahora, con las posibilidades exponenciales que la Red pone en nuestras manos, mis “investigaciones” han adoptado una nueva dimensión: Google y Wikipedia se han convertido en dos de mis mejores amigos. Porque, gracias a la Red, sólo nos separa un clic del siguiente descubrimiento, un solo clic para entrar a una nueva sala de la Biblioteca.

Un nuevo mundo de conocimiento nos está esperando a un solo clic de distancia. ¿Vamos a dejar escapar la oportunidad?

PS: Nuestra conexión a Internet aún no funciona. Parece que se ha resfriado, y ya se sabe que con este frío los resfriados son difíciles de curar. ¡No poder buscar respuestas a las múltiples preguntas que se acumulan en mi cabeza me está volviendo loco!

lunes, 12 de noviembre de 2007

Problemas técnicos...

A causa de arcanos problemas técnicos, no tenemos acceso a internet desde casa desde hace una semana :( Fue la bonita sorpresa que nos aguardaba en casa al volver de Barcelona la semana pasada. Desde entonces intentamos conectarnos de vez en cuando desde cafés y así, pero no puedo escribir mucho. De todos modos estoy aquí :)

Tan pronto mis amadas Tele2 y Telekom Austria resuelvan sus múltiples problemas existenciales, hallen el Camino y nos arreglen la línea de una vez, volvemos a la normalidad!

jueves, 1 de noviembre de 2007

Going home...

Si hay algun sitio en el mundo al que pueda llamar mi hogar, seguramente se parece a este...

martes, 23 de octubre de 2007

Des samma mia...

¿Qué tiene que ver un grupo de dance metal como Rammstein con la música tradicional bávara? Hace unos días me enseñaron el siguiente vídeo, uno de los mejores trabajos de sincronización que he visto en mucho tiempo. ¡Incluso los coros del público están perfectamente doblados!



Me gusta además porque la canción utiliza el dialecto de Baviera, que es, en muchos sentidos, similar al dialecto austríaco. Me encanta el dialecto, sobre todo desde que empiezo a entenderlo un poco. El alemán de Austria (y también el de Baviera) tiene una melodía mucho más dulce que el alemán estándar, además de un montón de vocabulario propio.

Y a continuación un concurso para aquellos que sepan o estén aprendiendo alemán. El primero que me sepa transcribir el diálogo del cantante con el público antes de empezar la canción recibirá como premio una caja de bombones Mozartkugel. ¡Suerte! :)

domingo, 21 de octubre de 2007

¿Blogger pensante?

Pues sí, amigos, Und komisch spricht das Murmeltier... vuelve a ponerse de gala para recibir otro galardón, esta vez de la mano de la generosísima Gebirg: el Thinking Blogger Award. Muchísimas gracias, Gebirg, amiga, ¡me encanta recibir premios! :)



Dice Gebirg al darme el premio que yo posiblemente no lo sepa, pero que le hago pensar en lo importantes que son los pequeños detalles. Vaya, sí que me considero una persona que se fija en los detalles, pero no era consciente que esta característica mía se dejaba ver tanto en mis escritos. Qué cosas...

Bueno, pues dicen las normas del premio que yo debo otorgarlo a 5 bloggers que me hagan pensar, pero yo soy muy malo con esto de las listas de nominados, así que estos son mis 4 premiados. El espacio que queda libre puede tomarlo cualquiera de mis visitantes anónimos, si le apetece... ;)

El sastre de Ulm, de El diario del sastre de Ulm, porque sus posts y sus comentarios no sólo me hacen pensar, sino también echar de menos mis tiempos de matemático en formación.

Alexandra, de Building Bridges, por ser tan rápida al dejarme comentarios (cosas de la diferencia horaria) y porque nos conocimos gracias a un flash que nos dejó ver El Orden por un instante.

Silencio, de Ruido, por haberse decidido a romper su silencio y poner nombre al misterioso puntito rojo cerca de Chicago.

Di, from Impossible not to, because I love her perspective, because thanks to her I am discovering a lot of little things (not only squirrels) that I wouldn't even notice.

Muchas gracias otra vez a Gebirg por pensar en mí, y muchas gracias a todos vosotros, lectores en la luz y en la sombra, por regalarme unos minutos de vuestras existencias y compartirlos conmigo.

sábado, 20 de octubre de 2007

Coincidencia

Mis compañeros de trabajo suelen hacer bromas con mi compulsión por clasificar la vajilla en el lavavajillas siguiendo una pauta muy precisa (platos pequeños arriba, platos más grandes abajo, tazas pequeñas en dos pisos a la derecha, tazas medianas en el centro, vasos de agua a la izquierda, ... no es tan difícil, ¿no? ;)). Cuando alguien no sigue El Sistema al meter platos en el lavavajillas me pongo muy nervioso, como si algún misterioso equilibrio estuviera a punto de romperse. No obligo a nadie a seguir El Sistema, pero no puedo evitar poner las dichosas tazas en orden antes de enchufar el lavavajillas. Como diríamos en Catalunya, "qui no té un all té una ceba" (lit. "quien no tiene un ajo, tiene una cebolla", significando que todos tenemos nuestras rarezas).

Siempre he creído que existe un Orden subyacente para las cosas, para los eventos y para el Universo en general. Mi cosa con el lavavajillas es tan sólo una muestra de mi búsqueda de la perfección estética, de la simetría, de la completitud. Soy consciente que esta búsqueda fluye en contra de la Segunda Ley de la Termodinámica, que no es rival pequeño contra el que luchar, pero también sé que tan sólo soy un pequeño peón en el gran tablero de ajedrez universal, y que no estoy solo.



Los humanos no podemos ver el gran plan, porque nuestros cerebros son demasiado pequeños y limitados para comprender, e incluso para concebir, la grandiosidad de El Orden, pero sí podemos tener flashes, rapidísimos obturadores que se levantan unos instantes para permitirnos intuir algo allá afuera. Uno de estos flashes me iluminó recientemente, y quiero compartirlo con vosotros.

Cuando trabajaba en Barcelona, J era una de mis compañeros. Cuando llevábamos poco tiempo en Salzburgo, J se casó con su novia J, a cuya boda asistimos. Unos meses más tarde de empezar a escribir este blog, conocimos a una catalana que vive aquí, G. Resulta que G y J son del mismo pueblo en la provincia de Girona, e incluso que ella y la hermana pequeña de J fueron juntas a la escuela. El mundo es pequeño, diréis. Pero aún no he terminado.



Hace un par de meses entró a la empresa un nuevo compañero, G. Un fin de semana Mar y yo quedamos para tomar un café con él y su novia E, y resultó que E es amiga desde la infancia de K, que trabaja en la escuela de idiomas donde Mar da clases de español.

Hace un par de semanas volvimos a quedar con G, la catalana que fue a la escuela con la hermana de la mujer de J, y esta vez vino acompañada por su novio M. Y resultó que M se crió en el mismo pueblo de la Alta Austria en donde vivió G, mi nuevo compañero de trabajo, cuya novia es amiga de una compañera de trabajo de Mar, conociéndose las respectivas familias por ser vecinos desde hace mucho tiempo.



Así pues, tenemos una cadena de conocidos que abarca 10 personas diferentes antes de cerrarse sobre sí misma. ¿Cuál es la probabilidad de algo así? Sí, he oído hablar de eso de los seis grados de separación, y quizá también es cierto que somos realmente malos estimando la probabilidad de una coincidencia tal, pero... ¿no resulta mucho más bello imaginárselo como haberle echado un vistazo a El Orden?

jueves, 18 de octubre de 2007

Luz de otoño

A veces me pregunto cuál es mi estación favorita: el verano tiene algunas indiscutibles ventajas, me encanta oír mis pisadas sobre la nieve en invierno, y la primavera tiene la belleza de la vida recién estrenada. Pero si tuviera que escoger, me quedaría con el otoño.

Tengo una cierta tendencia a ponerme melancólico de vez en cuando, y cuando la Naturaleza muestra su cara más gris, siento una especie de extraña satisfacción interna al sentirme así, porque la melancolía parece que acompaña más en el frío y lluvioso noviembre que en el brillante y soleado mayo. Supongo que es mi carácter el que me lleva a escoger el otoño.

Pero hay otra razón, en realidad dos. En primer lugar, los árboles visten los más increíbles colores en otoño. Podría pasarme horas disfrutando de la sinfonía visual tocada por el bosque año tras año. En segundo lugar, estos colores tan especiales disponen del mejor foco de luz del año: un Sol aún brillante cuya luz cae en un ángulo bajo. Y esta combinación, queridos lectores, es el sueño del fotógrafo aficionado.



Se dice que los mejores momentos del día para la fotografía son el alba y la puesta de sol. Y hay una razón para ello: cuando el Sol está muy alto en el cielo, la luz tan sólo atraviesa una delgada capa de atmósfera antes de llegar hasta nosotros, y es demasiado intensa, produce feas sombras duras y quema nuestros sujetos. Contrariamente, cuando el Sol está más bajo, la luz debe atravesar más atmósfera, y adquiere en este viaje un maravilloso tono rojo cálido. Esto sucede después del alba y antes de la puesta de sol.



El problema del alba y la puesta de sol es que la luz es también mucho más débil que a mediodía, y uno debe pillar realmente el momento justo. La luz de otoño es como la luz de después de amanecer, porque cae en un ángulo bajo, pero aún tiene la fuerza suficiente para iluminarlo todo con un cálido tono que es un gozo capturar en una foto. Incluso diría que el color del cielo es distinto en otoño. Como si fuera aún más azul, más intenso que nunca.



Me encanta la luz de otoño...

jueves, 11 de octubre de 2007

El misterioso poder de la Red

Desde siempre me ha fascinado lo deprisa que los crecimientos exponenciales sobrepasan nuestras intuiciones. Imaginemos que una cierta bacteria se reproduce una vez cada hora, y que comenzamos con una sola bacteria en un bote. Imaginemos que pasado un día, observamos que las bacterias llenan exactamente la mitad del bote. Nuestra intuición nos diría que hay que esperar otro día para que las bacterias llenen el bote completamente, pero en realidad sólo deberemos esperar una hora para que eso suceda. O, aún más increíble, tan solo hace falta doblar una hoja de papel 50 veces sobre sí misma para llegar hasta la Luna.

Una de las propiedades de una red es la bella manera en que saca partido de este hecho. Cada vez que añadimos un nodo nuevo a una red, el número total de conexiones crece exponencialmente. Si tomamos este número como medida del valor de la red, podemos decir que la red aumenta exponencialmente su valor conforme añadimos nuevos nodos. Si el valor de mi conexión depende del valor de la red, es suficiente que me conecte y espere a que otros hagan lo mismo. Tener el único teléfono del mundo nos serviría de bien poco. Pero, ¿y lo útil que es un teléfono hoy en día? La conexión en red hace la diferencia.



Internet es, seguramente, la mayor red creada por la raza humana. Cuando empecé a escribir este blog, me preguntaba cómo conseguiría algún lector porque, ¿cómo iba alguien a encontrarme? Pero sucedió. Al principio miraba los puntitos rojos en el mapa intentando adivinar quién se escondía detrás, y cómo había llegado hasta Und komisch spricht das Murmeltier. Luego empecé a dejar comentarios aquí y allá, luego alguien se pasó por aquí, y otros le siguieron, y más tarde le gusté a alguien y me puso en su lista de enlaces, y así comenzó todo. El crecimiento exponencial inició su despliegue lentamente pero sin vuelta atrás.

Lo más importante aquí es el factor humano. Porque son personas las que se sientan tras las pantallas, sois vosotros quien aporta vida al sistema. Cuando se lee un blog, se tiene la oportunidad de echar un vistazo a través de pequeñas ventanas que personas de corazón generoso deciden abrir a los demás.

He sido lo suficientemente afortunado para conocer a un par de "colegas" de blog, y creo que es una experiencia más que interesante. Porque ya has leído tanto sobre su vida que los conoces un poco. Y las palabras que escriben te hacen sentir de una determinada manera. Cuando los conoces en persona, puede ser que tengas la sensación de estar conociendo a alguien nuevo, porque no sabías de qué color tiene los ojos o puedes sorprenderte de cómo suena su voz, pero la forma en que te sientes al estar con ella es exactamente la forma en que te sientes al leerla. Si disfrutas leyendo a alguien, también vas a disfrutar conversando con él. No deja de sorprenderme cuánto de nosotros mismos dejamos en nuestros blogs. Y también cuánto dicen nuestros blogs acerca de nosotros.



Me gusta la Red. Porque me permite conocer, sea en persona o no, a gente extraordinaria, que me hace reír, pensar, con las que puedo ver a través de sus ojos incluso aquello que me parece ya tan normal que ni siquiera le presto atención.

Me gusta la Red porque la siento como si fuera un organismo vivo. Me gusta la Red porque pone en nuestras manos el increíble poder del crecimiento exponencial.

martes, 2 de octubre de 2007

Ardillas

Siempre me han gustado las palabras. El lenguaje es uno de esos grandes inventos, una de las revoluciones tras las cuales no hay vuelta atrás. La raza humana estaba seguramente destinada a ser inteligente, pero fue a partir que empezamos a hablar, a podernos comunicar los unos con los otros, que finalmente nos despertamos de nuestro largo sueño, con la antorcha del lenguaje en la mano, iluminando con la luz del conocimiento la fría y oscura noche.

Me gustan las palabras. Pero algunas más que otras. En la mayoría de los casos no sabría decir el porqué. Porque suenan bien, o son divertidas. O porque me recuerdan a algo agradable. O porque me traen recuerdos. A veces es simplemente porque son, de algún modo, redondas. Y en ocasiones, porque son perfectas.

He decidido añadir un nuevo tema a mi blog, palabras favoritas, en el que iré comentando, de vez en cuando, palabras y expresiones que me gustan. No prometo regularidad, porque las palabras vienen y se van, pero sí prometo compartirlas con vosotros cada vez que se me ocurra alguna.

Hoy tengo una expresión en alemán que dice: Mühsam ernährt sich das Eichhörnchen.



Que significa, literalmente, "La ardilla se alimenta trabajosamente", y es una Redewendung (un dicho) que viene a significar algo así como "poquito a poquito puede conseguirse mucho", o lo que en catalán diríamos "De mica en mica s'omple la pica" ("Gota a gota se llena la tinaja", en traducción libre).

Me gusta la palabra Eichhörnchen (ardilla) porque es un diminutivo y porque me recuerda a Einhorn (unicornio), aunque no tiene nada que ver con ella. Y me gusta la palabra mühsam, cuando significa "trabajosamente" pero no cuando significa "arduo, difícil". Pero sobre todo me encanta la fuerza visual de esta expresión, porque mühsam describe exactamente la forma como una ardilla se come los frutos secos que se le ofrecen en, por ejemplo, los jardines de Schönbrunn, en Viena.

lunes, 24 de septiembre de 2007

Evento de la marmota: Rupertikirtag

Hoy, 24 de septiembre, se celebra en Salzburgo el Rupertikirtag, la Fiesta Mayor. San Ruperto de Salzburgo es el patrón y protector de la ciudad y de la provincia de Salzburgo. A pesar que, según Wikipedia, San Ruperto es el 27 de marzo, en Salzburgo se le honra del 20 al 24 de septiembre. Ni idea del porqué.



El Rupertikirtag es bastante interesante, porque todos los museos de la ciudad pueden visitarse gratis, y también porque las escuelas, los bancos y los funcionarios tienen el día libre. Por desgracia no pertenezco a ninguno de estos colectivos, y por lo tanto he tenido que ir al currele como todos los días. Hay una especie de feria (llamada Dult) en las tres plazas que hay alrededor de la catedral. El buen tiempo que tuvimos el domingo fue una tentación demasiado grande para el fotógrafo aficionado que suscribe. ¡En estas ocasiones siempre se encuentran millones de pequeños detalles que fotografiar!





Me gusta el Rupertikirtag. Porque la patrona de Barcelona, La Mercè, se celebra el mismo día. Y la patrona de Tarragona, Santa Tecla, justo un día antes. No es lo mismo, pero me encanta la coincidencia.

martes, 18 de septiembre de 2007

La importancia de las palabras

Si hay algo que me gusta de los austríacos es su sinceridad y lo directos que son al decir las cosas. Sea para lo bueno o para lo malo, no suelen andarse con rodeos y circunloquios. Lo cual es de agradecer, porque entender ciertos eufemismos en una lengua extranjera no es tarea fácil. Como la vez que estaba en la consulta del médico y la enfermera me pidió si le podría hacer un Hahn (que significa pollo o grifo). A pesar que dije que sí por reflejos, acostumbrado a entender las cosas unos segundos más tarde, mi cara debía de ser todo un poema, porque hasta que no tuvo un poco de compasión de mí y pronunció la palabra Urin no comprendí que lo que me estaba pidiendo era una muestra de orina.



Pero me estoy desviando. Decía que en Austria no se andan con rodeos y tienden a llamar a las cosas por su nombre. Como en la noticia que hoy traía el periódico, que contaba que los porteros de uno de los locales pijos de Salzburgo les negaron este fin de semana la entrada a un iraní y a un boliviano porque, en sus propias palabras, "ya había demasiados extranjeros en el local". Sin tapujos. Sin rodeos. Y, cabe añadir, sin vergüenza.

A causa de la desarticulación de una presunta célula terrorista islamista en Viena (que en realidad eran tres zumbados que se dedicaban a proferir amenazas a través de Internet y que, presuntamente, podrían haberse informado sobre cómo habría que hacerlo en el caso eventual que quisieran conseguir explosivos), ciertas voces críticas con el Islam y su presencia en el corazón de Europa han visto cortar el césped bajo sus pies. Poco han tardado los voceros de siempre en hacer acto de presencia en los medios: Jörg Haider desde su feudo carintiano abogando por la prohibición de velos y minaretes y HC Strache, arropado por la élite cultural en Brigittenau, protestando por la construcción de un centro cultural islámico. Es novedoso, de todos modos, que también se les unan ciertos personajes más bien de centro, como el Landeshauptmann (algo así como el presidente autonómico) de la Baja Austria, Erwin Pröll, hace un par de semanas.



A las mezquitas no se les ha perdido nada en la Baja Austria, afirmaba el fulano, porque "los minaretes son algo foráneo (etwas Artfremdes). Y, a la larga, lo foráneo no hace ningún bien a una cultura." Y aquí vamos a detenernos un instante y considerar la elección de palabras. Artfremd es una palabra de difícil traducción. Viene a significar algo extraño, ajeno. Esta palabra no es en absoluto nueva, y tiene connotaciones más bien negativas, puesto que fue utilizada en el pasado, junto con entartet (degenerado) y ungesund (enfermizo, insano), para referirse a obras de arte de pintores de origen judío. En 1937 se inauguró en Munich la exposición Entartete Kunst (arte degenerado), que presentó al público alemán 650 obras de artistas modernos como Oskar Kokoschka, Marc Chagall, Otto Dix o Emil Nolde, seleccionadas por el Ministerio de Propaganda del Reich de entre las 16000 que fueron confiscadas por los nazis. La exposición, a la cual sólo se permitía la entrada a los mayores de edad, pretendía horrorizar al público con la degeneración del arte judío. Curiosamente, con sus más de dos millones de visitantes, se mantiene como la exposición de arte moderno más visitada de la historia de Alemania.

Por cierto, que Pröll podría haber escogido fremdartig (exótico, extraño), vocablo este mucho más inofensivo que artfremd. Aunque leo por ahí que al susodicho también le gusta llenarse la boca con Überfremdung, que viene a significar algo así como "sobreextranjerización", una de las palabras favoritas de la extrema derecha, y que con razón fue escogida como palabra tabú del año 1993 por la Gesellschaft für deutsche Sprache (que es al alemán como la Real Academia Española es al español).



Elección de vocablos a parte, me parece muy triste, muy cerril, y de una pequeñez mental más que preocupante, afirmar que lo foráneo no hace ningún bien a una cultura. ¿Dónde estaría hoy la Baja Austria si en su día no hubieran llegado los "foráneos" celtas o romanos? Aunque más bien creo que el amigo Pröll, en vistas que la profunda ignorancia que identifica Islam con terrorismo tiene el terreno abonado, no hace más que subirse a un tren barato. Con unos compañeros de viaje más que indeseables, todo sea dicho.

Es posible que, como nos decía Paco hace unos días, sea la necesidad de saberse parte de un grupo, de sentirse especial, lo que lleva a estos tardoadolescentes a abrazar la creencia que el gritar Allah Akhbar antes de darle al botoncito les llevará al Paraíso. Tal vez tenga razón y todos necesitemos formar parte de un grupo.



Yo, por mi parte, me siento muy especial cuando me doy cuenta, por ejemplo, que la palabra española zanahoria no se parece en nada a ninguna otra lengua (ni a la inglesa carrot, ni a la alemana Karotte o Möhre, ni a la italiana carota, ni a la francesa carotte, ni a la catalana pastanaga, ni a la occitana pastenaga, ni a la griega καρότο), con la única excepción de la portuguesa cenoura. Cuando me doy cuenta que el "Spain is different" y seguramente también el temperamento español, tan admirado por los locales, tienen sus raíces en Al-Andalus y en el Islam. Cuando escucho la animada conversación telefónica que suele tener un simpático señor con turbante que a veces comparte conmigo el autobús de vuelta a casa y me doy cuenta que, si no se escuchan las palabras sino solo la melodía, podría pasar por malagueño o cordobés.

Es entonces cuando me siento tan orgulloso de ese ADN moro, de esa herencia árabe que todos llevamos en las venas, que es vieja y sabia y que, de saberla escuchar, nos cuenta su historia. Nuestra Historia.

lunes, 10 de septiembre de 2007

¿Qué echaría de menos?

De pequeño nunca entendí por qué había tantos periódicos distintos. "Pero si la noticia es sólo una", pensaba inocentemente, "el suceso es sólo uno, debe de ser el mismo para todo el mundo, y debe ser explicado igual por todos, ¿verdad?" Todavía no me había dado cuenta que lo que importa no es qué se dice, sino cómo se dice.

Uno de mis lectores en silencio, mi amigo S., me dijo la semana pasada que tiene la impresión que siempre adopto un punto de vista algo negativo cuando escribo sobre mi vida en Salzburgo. La verdad es que me sorprendió un poco al principio, pero mirando atrás a mi corta historia bloguera, debo admitir que tiene algo de razón.

Empecé a escribir este blog porque quería hablar sobre las cosas que me sorprenden de mi vida aquí, sobre aquello que me llama la atención. Releyéndolo ahora, parece que la mayoría de las cosas que consideré dignas de mención en el blog me sorprendieron de forma un tanto negativa. ¡Pero un momento!, no quiero que se me tome por uno de esos expatriados españoles que siempre se quejan del tiempo, del idioma, de lo difícil que es conocer gente aquí, y que siempre están "buscando al grupillo de españoles para rajar de los locales con alguien en tu lengua materna".

Tal vez tenga un problema de comunicación. Tal vez no esté transmitiendo lo mucho que disfruto de mi vida aquí. Tal vez esté remarcando demasiado el lado negativo de mis opiniones. Quizá me exprese de forma demasiado directa, o quizá dé una falsa impresión de seguridad en mis argumentaciones, cuando en realidad no hago más que pura especulación, intento poner algo de orden en la realidad que me rodea. Puede que lo que digo no se corresponda lo suficiente con lo que siento.

Mar me dijo algo muy bonito ayer. Ella entiende su blog como una colección de recuerdos bonitos que va a querer llevarse consigo de nuestros años de la marmota en Austria. Y me parece que es una opción muy inteligente. Es por eso que su blog siempre tiene este aire cálido y feliz, como de florecillas, florecillas, y es por eso que, a su lado, mi blog parece una suerte de gemelo oscuro.

Es por todo esto que he decidido publicar aquí una lista de todo aquello que echaría de menos de Salzburgo, de Austria, si tuviera que marcharme hoy mismo.

(i) Salzburgo tiene el tamaño justo para poder ir en bicicleta a todas partes. Nunca pude hacer algo así en Tarragona o en Barcelona, porque ahí las bicicletas no se consideran vehículos sino juguetes, apenas hay carriles bici, y la probabilidad que te la roben es, no nos engañemos, bastante grande. Me encanta ir al trabajo en bicicleta. Los 3/4 de hora de camino hasta la oficina me ayudan a empezar el día de trabajo lleno de energía y también me ayudan a dejar atrás los problemas de la oficina al volver a casa por la tarde.


Volksgarten, Salzburgo, mayo de 2005

(ii) Vivir rodeado de lagos y montañas. Siempre me han maravillado las montañas. De pequeño pasábamos los veranos en el Valle de Aran, en los Pirineos, y me encanta volver de vez en cuando. Ahora vivo a los pies de los Alpes, y puedo admirarlos cada día de camino hacia el trabajo.


Untersberg, Salzburgo, febrero de 2006

(iii) Si quiero estar en contacto con la Naturaleza, la tengo a cinco minutos de casa. En serio, sólo necesito tomar el ascensor que sube a la Mönchsberg y ahí estoy. Mola, ¿eh? Salzburgo es verde. Tan verde que incluso hace daño a los ojos de alguien como yo, criado en un paisaje ocre, bronco y polvoriento que también me encanta, por cierto. Todo parece reluciente en Salzburgo porque llueve un montón y no hay polvo. La mayor parte de España tiene una pinta marrón porque no llueve lo suficiente. Puede parecer una tontería, pero me costó un tiempo darme cuenta de por qué todo parece distinto.


Wolfgangsee, Sankt Gilgen, agosto de 2007

(iv) Para un fotógrafo aficionado como yo no hay nada más excitante que la sinfonía de colores de la que puedo disfrutar cada otoño. Verdes oscuros, amarillos, ocres, rojos, anaranjados... ¡podría gastar carretes y carretes!


Thumsee, Alemania, octubre de 2006 / Wolfgangsee, octubre de 2005

(v) Pasar la tarde en una Wiener Kaffehaus, leyendo un libro, disfrutando de una buena conversación o, simplemente, dejando transcurrir el tiempo.

(vi) Una increíble variedad de productos que puedes comprar directamente a los agricultores y ganaderos en el mercado. Colirrábano, miles de tipos de calabazas que parecen extraterrestres, Speck (un tipo de panceta), Steirisches Kürbiskernöl (aceite de pepita de calabaza, típico de Estiria), Kren (rábano picante), y una aparentemente inacabable lista de Würstl (salchichas) que puedes comer en el Würstlstand, toda una institución austríaca.


Naschmarkt, Viena, agosto de 2007

(vii) Lo sencillo que resulta llevar una vida ordenada. Los horarios laborales son racionales, y me encanta comer sobre las doce, estar de vuelta a casa sobre las 6 de la tarde para cenar a las 7. Creo que en España no es tan fácil conseguirlo.

(viii) El desayuno Fingerlos.

(ix) El invierno. Me refiero a un invierno de verdad, con nieve, temperaturas bajo cero, y nariz, orejas y dedos congelados. En el que necesitas cinco minutos para ponerte toda la ropa que se necesita para salir a la calle. En el que incluso puede que puedas caminar sobre las aguas heladas de un lago.


Fuschlsee, enero de 2006

(x) Tener la oportunidad de practicar una lengua extranjera cada día. Tener que vivir en un idioma que no es el tuyo puede llegar a ser bastante desesperante, pero es la única forma de llegar a dominarlo. Entenderlo como un reto y no como una carga es, me parece, la manera correcta de encararlo.

(xi) Cuando vivía en España no me gustaba la cerveza. Luego vine aquí y tuve que rectificar mis creencias. La cerveza Stiegl de Salzburgo no tiene nada que envidiar a cervezas mucho más famosas como la Budweiser checa. (Es mi modesta opinión, ¡claro!)


Freilichtmuseum, Grossgmain, mayo de 2007

(xii) Seguro que echaré de menos las pequeñas ventajas de ser un extranjero. Por ejemplo, poder ignorar los subtítulos en la última peli de Almodóvar y entender cada uno de los chistes mucho más allá que los locales ("¿Qué es toda esta sangre?" "Nada, cosas de mujeres"). O entender lo estúpida que es la letra de la última canción pseudolatina de moda. O darse cuenta que, a pesar que la canta en español, el tío tiene más bien acento italiano...

Y, por supuesto, voy a echar mucho de menos a todos los amigos que hemos hecho aquí, a pesar de todo lo que diga el folklore de los expatriados españoles...