lunes, 10 de septiembre de 2007

¿Qué echaría de menos?

De pequeño nunca entendí por qué había tantos periódicos distintos. "Pero si la noticia es sólo una", pensaba inocentemente, "el suceso es sólo uno, debe de ser el mismo para todo el mundo, y debe ser explicado igual por todos, ¿verdad?" Todavía no me había dado cuenta que lo que importa no es qué se dice, sino cómo se dice.

Uno de mis lectores en silencio, mi amigo S., me dijo la semana pasada que tiene la impresión que siempre adopto un punto de vista algo negativo cuando escribo sobre mi vida en Salzburgo. La verdad es que me sorprendió un poco al principio, pero mirando atrás a mi corta historia bloguera, debo admitir que tiene algo de razón.

Empecé a escribir este blog porque quería hablar sobre las cosas que me sorprenden de mi vida aquí, sobre aquello que me llama la atención. Releyéndolo ahora, parece que la mayoría de las cosas que consideré dignas de mención en el blog me sorprendieron de forma un tanto negativa. ¡Pero un momento!, no quiero que se me tome por uno de esos expatriados españoles que siempre se quejan del tiempo, del idioma, de lo difícil que es conocer gente aquí, y que siempre están "buscando al grupillo de españoles para rajar de los locales con alguien en tu lengua materna".

Tal vez tenga un problema de comunicación. Tal vez no esté transmitiendo lo mucho que disfruto de mi vida aquí. Tal vez esté remarcando demasiado el lado negativo de mis opiniones. Quizá me exprese de forma demasiado directa, o quizá dé una falsa impresión de seguridad en mis argumentaciones, cuando en realidad no hago más que pura especulación, intento poner algo de orden en la realidad que me rodea. Puede que lo que digo no se corresponda lo suficiente con lo que siento.

Mar me dijo algo muy bonito ayer. Ella entiende su blog como una colección de recuerdos bonitos que va a querer llevarse consigo de nuestros años de la marmota en Austria. Y me parece que es una opción muy inteligente. Es por eso que su blog siempre tiene este aire cálido y feliz, como de florecillas, florecillas, y es por eso que, a su lado, mi blog parece una suerte de gemelo oscuro.

Es por todo esto que he decidido publicar aquí una lista de todo aquello que echaría de menos de Salzburgo, de Austria, si tuviera que marcharme hoy mismo.

(i) Salzburgo tiene el tamaño justo para poder ir en bicicleta a todas partes. Nunca pude hacer algo así en Tarragona o en Barcelona, porque ahí las bicicletas no se consideran vehículos sino juguetes, apenas hay carriles bici, y la probabilidad que te la roben es, no nos engañemos, bastante grande. Me encanta ir al trabajo en bicicleta. Los 3/4 de hora de camino hasta la oficina me ayudan a empezar el día de trabajo lleno de energía y también me ayudan a dejar atrás los problemas de la oficina al volver a casa por la tarde.


Volksgarten, Salzburgo, mayo de 2005

(ii) Vivir rodeado de lagos y montañas. Siempre me han maravillado las montañas. De pequeño pasábamos los veranos en el Valle de Aran, en los Pirineos, y me encanta volver de vez en cuando. Ahora vivo a los pies de los Alpes, y puedo admirarlos cada día de camino hacia el trabajo.


Untersberg, Salzburgo, febrero de 2006

(iii) Si quiero estar en contacto con la Naturaleza, la tengo a cinco minutos de casa. En serio, sólo necesito tomar el ascensor que sube a la Mönchsberg y ahí estoy. Mola, ¿eh? Salzburgo es verde. Tan verde que incluso hace daño a los ojos de alguien como yo, criado en un paisaje ocre, bronco y polvoriento que también me encanta, por cierto. Todo parece reluciente en Salzburgo porque llueve un montón y no hay polvo. La mayor parte de España tiene una pinta marrón porque no llueve lo suficiente. Puede parecer una tontería, pero me costó un tiempo darme cuenta de por qué todo parece distinto.


Wolfgangsee, Sankt Gilgen, agosto de 2007

(iv) Para un fotógrafo aficionado como yo no hay nada más excitante que la sinfonía de colores de la que puedo disfrutar cada otoño. Verdes oscuros, amarillos, ocres, rojos, anaranjados... ¡podría gastar carretes y carretes!


Thumsee, Alemania, octubre de 2006 / Wolfgangsee, octubre de 2005

(v) Pasar la tarde en una Wiener Kaffehaus, leyendo un libro, disfrutando de una buena conversación o, simplemente, dejando transcurrir el tiempo.

(vi) Una increíble variedad de productos que puedes comprar directamente a los agricultores y ganaderos en el mercado. Colirrábano, miles de tipos de calabazas que parecen extraterrestres, Speck (un tipo de panceta), Steirisches Kürbiskernöl (aceite de pepita de calabaza, típico de Estiria), Kren (rábano picante), y una aparentemente inacabable lista de Würstl (salchichas) que puedes comer en el Würstlstand, toda una institución austríaca.


Naschmarkt, Viena, agosto de 2007

(vii) Lo sencillo que resulta llevar una vida ordenada. Los horarios laborales son racionales, y me encanta comer sobre las doce, estar de vuelta a casa sobre las 6 de la tarde para cenar a las 7. Creo que en España no es tan fácil conseguirlo.

(viii) El desayuno Fingerlos.

(ix) El invierno. Me refiero a un invierno de verdad, con nieve, temperaturas bajo cero, y nariz, orejas y dedos congelados. En el que necesitas cinco minutos para ponerte toda la ropa que se necesita para salir a la calle. En el que incluso puede que puedas caminar sobre las aguas heladas de un lago.


Fuschlsee, enero de 2006

(x) Tener la oportunidad de practicar una lengua extranjera cada día. Tener que vivir en un idioma que no es el tuyo puede llegar a ser bastante desesperante, pero es la única forma de llegar a dominarlo. Entenderlo como un reto y no como una carga es, me parece, la manera correcta de encararlo.

(xi) Cuando vivía en España no me gustaba la cerveza. Luego vine aquí y tuve que rectificar mis creencias. La cerveza Stiegl de Salzburgo no tiene nada que envidiar a cervezas mucho más famosas como la Budweiser checa. (Es mi modesta opinión, ¡claro!)


Freilichtmuseum, Grossgmain, mayo de 2007

(xii) Seguro que echaré de menos las pequeñas ventajas de ser un extranjero. Por ejemplo, poder ignorar los subtítulos en la última peli de Almodóvar y entender cada uno de los chistes mucho más allá que los locales ("¿Qué es toda esta sangre?" "Nada, cosas de mujeres"). O entender lo estúpida que es la letra de la última canción pseudolatina de moda. O darse cuenta que, a pesar que la canta en español, el tío tiene más bien acento italiano...

Y, por supuesto, voy a echar mucho de menos a todos los amigos que hemos hecho aquí, a pesar de todo lo que diga el folklore de los expatriados españoles...

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Mar siempre dice cosas bonitas!! :-)
Como me encanta Salzburg, me ha gustado leer todo eso :-)
A mi nunca se me ha ocurrido ver en tu blog una actitud negativa sino, en cierto modo, realista. Se ve que echas de menos tu tierra, logicamente!! Eso nos pasa incluso a los que hemos dejado nuestra pequeña tierra y vivimos en otro lugar de España. La misma tierra, pero diferentes costumbres :-)
Hay que leer entre líneas y me gusta disfrutar de tu blog y vivir Salzburgo desde otro punto de vista, el tuyo! :-)
Gracias por compartirlo!!
Un saludo
Gebirg

Paco Bernal dijo...

Qué bueno este post, tío!Yo no he visto nunca esa actitud negativa, la verdad. Pero lo curioso es que coincidimos en muchísimas cosas. Me ha hecho mucha gracia lo de la cerveza, porque yo en España tampoco la bebía. Y lo del colirrábano (¿De verdad se dice así? Yo sólo sabía la palabra alemana).
Las fotos son espectaculares.
Creo que un día de estos te voy a plagiar. El argumento de este post es mucho mejor que algunos memes que he leido.
Saludos,
P.

Anónimo dijo...

Me ha encantado leerte. Y esas fotos, espectaculares. Volveré por aquí muy pronto, seguro.
Un saludo

tonicito dijo...

Gebirg y Paco: Me alegra mucho que no veáis tendencias negativas en mi blog, porque la verdad es que me quedé algo preocupado. Pero sí que es cierto que hay que leer entre líneas, y probablemente se pierde bastante cuando escribo en inglés y mi amigo S. (que es austríaco) lo lee. Ninguno de los dos en su lengua materna, tema complicado éste...

Paco, por supuesto que puedes plagiarme siempre que quieras! Y sí, se llama colirrábano, o al menos así lo dice la Wikipedia española.

Rosa: ¡sé bienvenida!, y muchas gracias por visitarme

Alain dijo...

Kari: oye me gusto mucho tu relato la verdad muy bien detallado y me dio la respuesta que buscaba mi pregunta, ya varias personas han coincidido contigo, y les voy a seguir el consejo...de verdad te agradezco que te hayas tomando el tiempo en escribir en este post...mil gracias y espero tenerte por estos lado...

Saludos....

Alain

JT dijo...

este post es genial. muchos espanoles en el extranjero deberian leerlo.
nosotros estamos en EEUU y cuando pienso en la vuelta a Espana son muchas las cosas que echaremos de menos ahi. la vida americana tiene muchas cosas buenas aunque los espanoles seamos reacios a aceptarlo.

si quieres pasate por mi blog

un abrazo

El Sastre de Ulm dijo...

Hola Toni. Te leo desde hace ya algunos meses, y disfruto con tus posts.

La verdad es que a mi no me había dado la impresión de que tus reflexiones fueran negativas, aunque releyendo alguna entrada si se nota cierta nostalgia.

Me parecen interesantes tus reflexiones, y veo en ellas más sorpresa o curiosidad por unas costumbres que son diferentes a las tuyas, que una actitud negativa.

En mi caso, lo que consiguen tus posts es traerme a la memoria muy buenos recuerdos de un viaje que hice a Salzburgo hace unos años. Así que no deben de ser tan negativos! :)

En cualquier caso, me parece un buen propósito asegurarte de que consigues transmitir mejor la parte positiva de tus experiencias en la Ciudad.

tonicito dijo...

alain, no tengo muy claro si en realidad querías dejar este comentario en mi blog, pero en todo caso, muchas gracias por tu visita, y te deseo toda la suerte del mundo en tu nueva aventura :)

silencio, saber ver el lado positivo de la vida de expatriado es muy importante. Siempre nos ha gustado entender esta experiencia como una oportunidad, como un desafío. Es posible que los españoles seamos especialmente mancos en este aspecto.
Vivir fuera, sea donde sea, nos aporta una amplitud de miras, una variedad de criterios, que antes no estaba.
Gracias por visitarme, y cuenta con mi visita regular a tu blog!

el sastre de ulm: me alegra que te hayas decidido a devolverme el balón que os lanzo con mis posts! :), y también me alegra que veas curiosidad y sorpresa en mis reacciones, y no rechazo, porque así es como me siento con la mayoría de descubrimientos.
En mi caso, tu nombre artístico también me ha traído recuerdos de la ciudad de Ulm, en la que estuve hace unos años, y que me pareció encantadora.
Y sí, me he propuesto poner algo más de relieve la cara amable de mis descubrimientos en Austria.

Muchas gracias a todos por vuestras visitas y comentarios!

Anónimo dijo...

hola, estuve en Salzburg, hace 5 años, pienso que es una ciudad que posee un encanto inigualable, hay algo mágico en ella que no se definir, ojalá pueda volver algún día y si no puedo hacerlo siempre la recordaré con como uno de los lugares más bellos que he visto, sus alrededores también son lindos!!!, por ejemplo Seekirchen, el Café Centrum y sus dueños son un amor. María Magdalena