domingo, 21 de diciembre de 2008

"¡Que frío!": brown fat y los sentidos logarítmicos


Este no es un post como los demás, sino que se trata de un e-mail que escribí a unos cuantos amigos el 21 de diciembre del 2004, es decir, el primer día del que iba a ser mi primer invierno en Austria. Lo he recuperado (con ligeras adaptaciones y un gráfico añadido) porque el otro día me acordaba de él y pensé que era buena idea publicarlo aquí.

Sólo para evitar confusiones, aclaro que ahora no estamos a -15ºC, sino a +1.1ºC en el momento de escribir estas líneas...



Hola buenas! :)

Hoy es mi último día de curro antes de las vacaciones, y eso se nota. Sobre todo en que no tengo ningunas ganas de hacer nada. Así que voy a dedicar unos minutos a escribir sobre algo a lo vengo dando vueltas desde hace un rato. Además, como voy a pasar unos días sin escribir con tanta asiduidad, voy a dejaros mi particular regalo de Navidad en forma de ida de la pelota... :)

Esto es así que hoy hace mucho frío aquí en Salzburg. Dicen las webs del tiempo, y la radio, que ahora estamos a unos -15°.

Estos días estoy viniendo al curro en autobús (*), porque aparcar en la ciudad es un infierno con todos los mercados de Navidad y tal. Así que paso bastante más rato en la calle, entre esperar el bus en la parada, y luego ir de la parada a la oficina, a casa, etc. En fin, que me expongo al frío durante mucho más tiempo.

Bueno, pues esta mañana (en que al parecer estábamos a unos -18°) yo he salido de casa, he ido hasta la parada del bus, he esperado unos 10 minutos, luego he ido caminando hasta la oficina. Y en ningún momento he pensado "jué qué frío". Tampoco he pensado "leñe, hace mucho más frío que la semana pasada" (la semana pasada estábamos a unos -3°). De hecho, ha sido ahora hace un rato que he mirado la web del tiempo y decía Salzburg -15°. Al principio he pensado que era un error. Luego lo he mirado en otra web, y también decía -15°. Y me ha sorprendido mucho, la verdad.

Yo tengo una teoría al respecto: Hay un umbral de temperatura a partir del cual ya no se puede discriminar. Es lo mismo -5° que -15°: todo es "hace un frío de cojones". Pero luego, pensando un poco más, he recordado algo que habíamos discutido con un amigo y compañero de trabajo hace muchos muchos años: el oído humano tiene una respuesta logarítmica. Esto significa que si pintamos en el eje X la intensidad de la señal del sonido de entrada y en el eje Y la intensidad percibida, nos sale una curva aproximadamente logarítmica (**).



Entonces he pensado que igual mi teoría del umbral de frío era sólo una aproximación al hecho que la percepción del frío tiene también una respuesta logarítmica. ¿Será tal vez que todos los sentidos tienen una respuesta logarítmica? Hala, ¡que interesante! Una búsqueda rápida con el Google me lo ha confirmado: existe algo llamado Ley de Weber-Fechner, y otra un poco más general llamada Ley de Stevens que vienen a decir que sí, que todos los sentidos tienen una respuesta logarítmica.

Interesante, ¿verdad? Al menos es un tema para comentar tomando el café... :)

Pero aún hay más. Como todos sabéis, hay algunos animales que cuando hace mucho frío adoptan la táctica de la hibernación (me gusta mucho la palabra en alemán: Winterschlaf, literalmente "dormir en invierno", o "sueño invernal"). Sus organismos reducen la actividad vital al mínimo, y se preparan para guardar al máximo el calor corporal. Lo que hacen es generar una capa de la llamada brown fat, la grasa marrón.

Por lo visto, hay dos tipos de grasa (tejido adiposo) en los animales: la grasa blanca y la grasa marrón. Esta última tiene unas destacadas propiedades aislantes del frío debido a que contiene pequeñas burbujas de aire.

Bueno, pues parece ser que esto también sucede en los humanos (¡no que hibernen!, aunque no estaría mal, no... ;)). Cuando una persona está sometida a bajas temperaturas su cuerpo genera, en cuestión de pocos días, una capa de grasa marrón aislante del frío. Esta capa se concentra sobre todo en el pecho, la espalda y los hombros.

Claro, entonces ¿qué pasa cuando esta persona, con su capa de grasa marrón aislante, vuelve a casa por Navidad, a su pueblo, en el que las temperaturas son mucho más benignas? Bueno, pues lo más probable es que se muera del calor, especialmente en contraste con los "nativos", que no tienen capa de grasa marrón, o la tienen menos desarrollada. La cosa se vuelve trágica, además, porque la percepción logarítmica de la temperatura juega, en este caso, en contra de la susodicha persona... :D

Hala pues, feliz Navidad a todos, a disfrutar estéis dónde estéis, y
perdonad por este pequeño off-topic... :)

Un abrazo!
Toni :)


(*) Pasados cuatro años, sigo yendo y viniendo del trabajo en autobús, cuando no en bicicleta.

(**) Esto significa, sin entrar en detalles, que si ponemos la música el doble de alta, no la percibimos el doble de alta sino algo menos. Es decir, que la variación del estímulo no se corresponde de forma lineal con la variación de la percepción, sino que dicha correspondencia es logarítmica.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Schiachperchten

Schiachperchten

domingo, 7 de diciembre de 2008

Diagnóstico

- A ver, diga treinta y tres.
- Treinta y tres
- ¿Treinta y tres? Parece Vd. más joven...