domingo, 26 de septiembre de 2010

En la zona musical

Esta semana he conseguido algo que jamás había podido hacer: ir en bicicleta al trabajo cinco días seguidos, de lunes a viernes. No sólo es raro que el buen tiempo dure tanto y nos permita estos excesos, también es muy inusual que haya sido capaz de superar las miles de excusas que cada día por la mañana tengo a mi disposición para decidirme por el bus.

El camino sigue el curso del río Salzach. La mayor parte del trayecto transcurre en el camino para bicicletas, que no es más que un antiguo camino de sirga reconvertido, antaño transitado por caballos y bueyes que arrastraban río arriba las barcazas que, después de alcanzar las minas de sal de Hallein, volverían río abajo cargadas de la sal que dio a Salzburgo su nombre (“castillo de la sal”) y propició la inconmensurable riqueza de sus príncipes arzobispos.

El trayecto hasta la oficina tiene unos 17km y empleo en recorrerlo algo menos de una hora (no voy muy deprisa, la verdad). Los primeros dos días, en especial el martes por la mañana, fueron bastante duros, porque tuve viento de cara y aún arrastraba algo de cansancio de la excursión por la montaña que hicimos el domingo. También me obsesioné bastante con el cuentakilómetros, intentando no empeorar demasiado las estadísticas. Pero a partir del miércoles traté de ignorar el aparatejo y disfrutar del viaje.

Durante estos años de ir a la oficina en bicicleta a menudo, me he dado cuenta que hay una especie de estar “en la zona” en sentido físico, un delicado y maravilloso equilibrio de fuerzas entre las piernas y la resistencia del aire, del suelo y de la gravedad (por la pendiente). El truco está en hacer justo la mínima fuerza para mantener el ritmo del pedaleo, pero no más. Y si se mantiene este ritmo de forma ininterrumpida, cambiando de marcha cuando sea necesario, puedes recorrer kilómetros y kilómetros sin apenas darte cuenta.

Bicycle Ride

Lo divertido es que este estar “en la zona” también ocurre en la mente. Por lo menos, cuando llevo un rato manteniendo el mismo ritmo, equilibradas las fuerzas, mi mente se deja hipnotizar por el movimiento rítmico de las piernas, que se traslada a todo el cuerpo, y de ahí a la mente, hasta el punto que dejo de pensar conscientemente en mover las piernas, en llevar la bicicleta, y mi mente hace excursiones inconscientes a otros lugares.

En este estado mental, de forma invariable, la música hace acto de presencia. Supongo que el pedaleo rítmico actúa como un fabuloso metrónomo difícil de ignorar. Y no es que piense de manera consciente: Voy a cantar “La tuna compostelana”. Canciones y melodías aparecen en mi mente sin previo aviso. Vienen y se van, sin avisar, a veces pasando de unas a otras mediante vistosos arreglos que de bien seguro sería incapaz de hacer de forma consciente.

Esta es una selección de la música que me ha venido a la mente durante los trayectos en bicicleta de esta semana. Curiosamente, Johann Sebastian Bach parece estar firmemente anclado en mi cerebro:

  • Preludio de la Suite para violonchelo nº 1, BWV 1007, de J. S. Bach

  • Variación 1, Variaciones Goldberg, BWV 988, de J. S. Bach

  • Sinfonía nº 2, BWV 788, de J. S. Bach (escuchar)

  • Gabriel's Oboe, banda sonora de la película “La Misión”, de E. Morricone

  • Otra obra para dos violines de J. S. Bach (¡creo!) que puedo cantar pero aún no he averiguado cómo se llama Segundo movimiento (Largo) del Concierto para 2 violines, cuerdas y bajo continuo en re menor, BWV 1043, de J. S. Bach (escuchar)



Pero, sin ninguna duda, el ganador de esta semana ha sido el Preludio de la Suite para laúd nº 4, BWV 1006, de J. S. Bach. ¡Disfrutad!

lunes, 20 de septiembre de 2010

¿Arco circumcenital?

El trozo de (¿presunto?) arco circumcenital que me ha acompañado en el camino de vuelta a casa en bici, por la orilla derecha del Salzach, entre Rehhof y Urstein. ¡Lástima de no haber tenido una cámara a mano!

(EDITADO el domingo, 26 de septiembre de 2010)
Ni el martes ni el miércoles hubo suerte, pero el jueves pasado, 23 de septiembre, el presunto arco circumcenital volvía a estar ahí, y esta vez no me pilló desprevenido :) Se trata de dos arco iris con las bandas de colores en vertical, a unos 20-30° a ambos lados del sol. A continuación algunas fotos del fenómeno.

Rainbow 02 Rainbow 01

Rainbow 03

¿Alguien sabe lo que es? Creo que no es un arco circumcenital... ¿Tal vez un parhelio?

domingo, 19 de septiembre de 2010

BWV 847